sábado, 27 de febrero de 2016

"Information overload", y cómo no morir en el intento.

Es un hecho indiscutible que hoy en día internet pone a nuestro alcance una gran cantidad de información, que en muchas ocasiones es hasta excesiva. Es a esto a lo que se refiere el término information overload, o sobrecarga informativa, llamada también infoxicación. Como muchas cosas en la vida, tiene sus cosas buenas, pero también sus cosas malas. 

Por un lado, podemos acceder a prácticamente todo aquello que necesitamos. Un simple click en un buscador como Google o Yahoo nos muestra cientos y miles de páginas donde podemos encontrar aquello que buscamos. 

Pero por otro lado es tal el chorro de información que podemos quedarnos bloqueados, colapsados por tantos resultados, sin conocer dónde nos estamos metiendo. Así, por ejemplo, la veracidad de las publicaciones puede quedar en el entredicho. ¿Será cierto lo que estamos leyendo? En internet hay una figura predominante, el trol, que se dedica exclusivamente a difamar y crear falsa información, con el fin de divertirse y poco más. Con lo que es necesario saber dónde nos metemos, indagar un poco en las publicaciones y comparar con otras fuentes, para no caer en el engaño y el error.

Además, esta infoxicación puede llevar a un estrés ante semejante avalancha de datos. Hace no muchos años cada vez que queríamos consultar información sobre hechos, recurríamos a atlas, enciclopedias, libros de texto, revistas y publicaciones específicas... Hoy es mucho más sencillo, puesto que todo se está digitalizando. José Ignacio Aguaded nos dice que "si prestamos demasiada atención a una gran cantidad de información de manera sostenida en el tiempo y no finalizamos una tarea para continuar con otra diferente, esto dificulta la desconexión de la mente, y la obliga a realizar un sobreesfuerzo". Es algo que he vivido a veces, cuando he necesitado buscar documentación para algún trabajo o preparación de una actividad. Cuántas veces me he dado cuenta al cabo de un tiempo que en vez de concretar la tarea cada vez estoy más disperso, sobrecargado y saturado.

Es algo necesario seguir formándonos a lo largo de nuestra vida como profesionales, y no siempre nuestras búsquedas serán tan complejas. Pero es importante siempre ser conscientes de que vamos a encontrar más de lo que queremos abarcar, y hemos de saber dónde empezar y parar, dónde buscar y cómo hacerlo.

Como traté en mi trabajo de fin de grado, a la hora de utilizar las nuevas tecnologías en el aula una de las fases más importantes es la selección de contenidos e información. Es necesario crear un filtro y organizar el material, antes de usarlo sin más. En este caso, es similar: el proceso de selección de fuentes implica una labor de "investigación", para estar seguros de qué estamos leyendo. 

Existen muchas herramientas hoy en día para facilitarnos esa labor. Lectores de RSS/feeds, servicios de gestión de marcadores y enlaces, redes sociales que agrupan por temáticas... En el artículo Cómo devorar gran cantidad de información sin peligro a engordar Meritxell he podido conocer una nueva herramienta, que voy a querer probar: Instapaper. La función que tiene es almacenar aquellos artículos que nos parecen interesantes, para una lectura posterior. Podemos agregar artículos desde un gestor como Feedly o TheOldReader, pero también directamente de páginas web y blogs. Allí se guardan, de forma que podremos volver a acceder a ellos desde cualquier dispositivo que sincronicemos con la cuenta, ya sea desde un ordenador o desde un móvil.

Pero ¿qué podemos hacer, ahora que hemos abierto una cuenta en una de estas aplicaciones? Seleccionar las fuentes, y no es una tarea sencilla. Como podemos leer en EducarChile es bueno seguir algún tipo de estrategia. No es lo mismo hacer una búsqueda aleatoria que una intencionada, o partir de una búsqueda general para concretar a medida que aparecen los resultados que desde el principio intentar localizar un detalle específico. Asimismo, destaca tres criterios bajo su punto de vista que pueden ayudarnos en el proceso: pertinencia, audiencia y rigor. Siguiéndolos, quizá tengamos más claro en el momento qué es lo que queremos buscar, por qué y para qué. 

Así pues, con 

No hay comentarios:

Publicar un comentario